miércoles, 22 de octubre de 2014

Jaime Xibillé

Este poema condensa las nuevas condiciones de espacio - tiempo de las metrópolis. La antigua ciudad medieval que encerraba en su corazón a múltiples comunidades segmentadas, fue descentrada por el Varón de Haussmann en una dinámica que unió las diferentes provincias de París por medio de la vía férrea. estas rutas de tránsito y trasnporte humano, definieron aceleró y recorto el tiempo de los trayectos en la gran ciudad. La figura del metropolitano, aquello que algunos autores denominan como el transeúnte, comenzaba a perfilarse en lo que Baudelaire denominó como el Flaneur,  aquella persona que cada vez se sentía mas vaciada de su identidad fuerte; vaciedad que los mismos espacios públicos le exigían como metropolitano, el despójarse de sus raíces para poder vagabundear libremente por el espacio de la gran urbe.

En este poema a un transeúne confluyen varios motivos, tenemos en primera instancia la creación de lo que Markn Augé denomina como los no lugares (1993) término que puede designar para el antiguo habitante de la aldea medieval una especie de borramiento o de desvanecimiento de lo que hacía a una espacio algo entrañable. Pero para el habitante de la gran ciudad estos no lugares son precisamente los lugares que - al no estar marcados por identidades fuertes-, se vuelven espacios cosmopolitas, de anonimato y de teatralización secularizada, donde cada uno puede desenvolverse o pasar desapercibido.

La Metrópolis unaugura así, con su nueva movilidad espcio - temporal, dos importantes figuras: la del transeúnte urbano o flaneur, y de la muchedumbre. Si se quiere, siguiendo la analogía de los no lugares, estas figuras serían a su vez no - sujetos en el sentido antropológico y fuerte que hasta ahora se había entendido por lugar y por sujeto. (La microdramaturgia de lo Urbano y la estética relacional, Jaime Xibillé, Artes la Revista, No 18 vol 11, 2012- pág. 68-69)

No hay comentarios: