miércoles, 7 de mayo de 2008

Kallias.

Cartas sobre la educaciòn estética del hombre.

reflexiòn estética y autonomia del arte

Reflexiòn estética y modernidad.

La teoría estética, concebida como reflexiòn sobre el arte o comno teoría del arte, se inicia en el hámbito de la llamda ilustraciòn tardía, y del movimiento preromántico Alemán, durante la segunda mitad del siglo XVII.

La reflexiòn sobre la naturaleza y la función del arte tiene lugar en el seno de una sociedad burguesa caracterizada por el desarrollo de un concepto de razón cada vez mas cercano al carácter discursivo de la racionalidad científica. La teoría del arte iintentará desde sus cominezos determinar, por una parte, su función, oponiéndose a ese acrácter discursivo, y se confrontará, por otra, con la antiguedad clásica, modelo histórico en contraposición al cual buscaría su identidad.

Dos temas ocupan la teoría estética en la que se enmarca el pensamiento estético de Schiller: en primer lugar la disciusión entre las escuelas filosóficas sensualistas (empiristas) y la racionalista, sobre el concepto de gusto: los juicios estéticos son considerados, o bien sólo en referecnia a la sensibilidad (unua teoría filosófica y psicológica de la belleza) o sólo en referencia al entendimiento (en cuanto a la perfección formal de la obra de arte). La otra gran disputa estética de la ilustraci
on se centra en la llamada !querele des anciens et des modernes! sobre la validez canóniga de los modelos (artístico) de la antiguedad, y por lo tanto, sobre el valor del arte moderno en referencia al arte clásico. La reflexzión estética haría suya la tarea de superar la consideración de la antiguedad clásica como un simple modelo digno de ser imitado. El arte clásico adquiere en ella una perspectiva histórica, que demsiente su carácter puramente modélico, y el arte moderno destacará entonces la supremacia del principio de producción sobre el mimético. Al preguntarse por la génesis y el sentido del arte en el ámbito de la razón ilustrada, la reflexión estética defenderá el carácter de modernidad del arte, determinando a la vez esa misma conciencia de modernidad. A partir de aquí, la reflexión estética estará unida consecuentemente a la idea de modernidad.

La conciencia de la modernidad es ante todo una conciencia histórica. En la querelle, el arte moderno se definirá, más allá de todo cánon meramente imitativo, como un arte cuya producción y recpeción están impregnadas por la historia. Esta historicidad implicará de hecho la relativización de los modelos clásicos, los convierte, más que en un modelo a imitar, en una realidad histórica a reproducir. - en correspondencia con el cambio de paradigma en la determinación de la esencia de la verdad: de un puro reflejo a un proceso de producción de lo existente (1989).- Se pasará entonces, de un modelo de arte como pura representación, a una consideración del arte como producción, producción de la naturaleza o de la historia. La imitación de esa acción productiva será, en todo caso, la única actividad mimética de la imaginación productiva, o del artista en cuanto genio. De igual modo, el carácter de completud de lo antiguo, de lo clásico, dejará paso a una consideración de la modernidad como proceso fragmentario, quebrado o quebradizo, y el estilo unitario determinado por los modelos clásicos dará lugar a la mmoderna multiplicidad de estilos, aunque este sea de hecho, el paso inmediatamente posterior a la estética clásica de Schiller y Goethe.

No hay comentarios: